Este acuerdo contempla la interconexión técnica entre los sistemas de pago digitales ya implantados en 15 países europeos, incluyendo soluciones como MBWay (Portugal), Bizum (España), Bancomat Pay (Italia), Vipps MobilePay (países nórdicos), Blik (Polonia) e IRIS (Grecia), por una parte, y la plataforma Wero (Alemania, Francia, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo), por otra. El resultado será una infraestructura común, con más de 380 millones de usuarios cubiertos, con el objetivo de permitir a consumidores y empresas transferir fondos entre países europeo de forma inmediata, segura y sin intermediarios globales.
Desde el punto de vista de la recuperación de créditos, las implicaciones de este acuerdo pueden ser muy relevantes, especialmente si son bien aprovechadas adecuadamente por quienes trabajan en este ámbito. A continuación, algunas repercusiones prácticas destacadas:
Por el momento, la aplicación práctica de esta red sigue dependiendo del desarrollo técnico de las integraciones y del apoyo de los operadores locales, en particular las entidades financieras. Sin embargo, el camino está despejado. La visión de la Comisión Europea de un mercado único digital para los pagos comienza por fin a tomar forma.
El sector de la recuperación de créditos se apoya cada vez más de tres pilares fundamentales: información, rapidez y medios eficaces de ejecución. Los pagos instantáneos europeos fortalecen el tercero. Con este acuerdo, Europa inicia la construcción de una verdadera red de pagos instantáneos a escala continental, conectando a empresas, consumidores y acreedores.
Para las empresas con clientes o deudores en varios países de la UE, este avance representa una oportunidad concreta para mejorar los índices de recuperación, reducir los costes operativos y aumentar el margen de éxito en los cobros transfronterizos.
La recuperación de créditos sigue requiriendo estrategia, método y rigor jurídico. Pero ahora cuenta con un nuevo aliado.