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22 septiembre 2025

Cultura en Portugal: Identidad, Tradición y Desafíos Actuales

Portugal tiene el privilegio de poseer tradiciones locales, regionales y nacionales que, a lo largo de generaciones, atraviesan siglos de historia, enorgulleciendo el pasado e inspirando el futuro.

Identidad cultural

Desde la lengua y la gastronomía, hasta la música y la arquitectura, todos estos elementos, de enorme riqueza para Portugal, nacen y se desarrollan a partir de experiencias, expansiones y la convivencia con otros pueblos a lo largo del tiempo.

A la luz de lo que indica António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas (ONU), la lengua portuguesa ocupa un papel preponderante en la identidad del país. Nuestra lengua, hablada por cientos de millones de personas, constituye “un vehículo de una riqueza cultural extraordinaria, que une comunidades y naciones en diferentes partes del mundo.”

Al abordar la identidad de Portugal, es imprescindible mencionar uno de los símbolos más representativos de la nación: el Fado, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

El Fado, estilo de música original portugués, remonta a la época XIX en Lisboa, cantado dentro o fuera de cuatro paredes (y puede escucharse tanto en espacios cerrados como al aire libre pode mudar).Escuchar Fado no es solamente oír una simple canción; es sentirla, experimentar saudade y la pasión en convertida en música.

Desde el Fado nos contactamos con nombres inconfundibles como Camões, Pessoa y Saramago, presentes en el día a día de cada ciudadano. A veces, de su forma sutil o en los pensamientos más cotidiano, expresamos fragmentos, pensamientos de estos y tantos otros autores que enorgullecen nuestra historia.

De la identidad cultural a la tradición

Portugal es un país abundante en cultura y tradiciones. Uno de los elementos más distintivos son los azulejos, típicamente azules y blancos, que adornan fachadas históricas, muros y murales de una belleza inconfundible en todo el territorio nacional.

El azulejo, hoy presente en la artesanía, los recuerdos y la memoria colectiva, releja la continuidad de una identidad que se transmite generación en generación. Lo mismo ocurre con la alfarería, los bordados, las romerías y, por supuesto, la gastronomía.

Dentro de estos elementos culturales y tradicionales portugueses, la alfarería, los bordados y las romerías representan pilares cuya preservación es fundamental. No solo para evitar se pierda la identidad de la que hablamos, sino también para asegurar que las futuras generaciones puedan acceder, aprender y conocer el pasado en toda su belleza. Todo ello sin impedir el surgimiento de nuevas expresiones, prácticas o formas de celebración. Lo ideal es innovar con base e inspiración en nuestras raíces.

En el ámbito de la gastronomía, Portugal es frecuentemente galardonado, reconociéndose la calidad culinaria presente de norte a sur y en las islas. Platos emblemáticos como el bacalao y el pastel de nata, tanto en su versión tradicional como en sus innovaciones contemporáneas, nunca el sabor de casa.

De la tradición a los desafíos actuales de mantenerla viva

Si bien es cierto que debemos continuar y preservar nuestras tradiciones, también es cierto que existen factores sociales y económicos que dificultan esta tarea.

Las generaciones jóvenes, aunque muestran cierto interés en muchos de estos elementos, se ven influenciadas por otros factores, en particular la industria internacional y el predominio del entorno digital.

En este contexto de globalización y avance tecnológico, mantener viva las tradiciones arquitectónicas y el patrimonio material exige inversión financiera y humana, tanto nacional como internacional, con el fin de preservar la historia y el legado, a menudo amenazados por el turismo masivo y el desarrollo urbanístico.

El apoyo público a instituciones, mayoritariamente sin fines de lucro, desempeña un papel crucial. Portugal invierte, y no puede dejar de hacerlo en el futuro, inspirado por su pasado y por los iconos que nos representan y simbolizan.

Sin embargo, la tradición no vivirá únicamente del apoyo público; diría, incluso, que lo más esencial son las personas, es decir, el público en general. Es indispensable respaldar el trabajo de quienes se esfuerzan por mantener vivas las memorias y tradiciones: el Fado, la gastronomía, las romerías, entre tantos otros elementos de los que debemos seguir sintiéndonos orgullosos cada día por pertenecer a nuestra nación.

Apoyar de múltiples maneras: asistiendo, aplaudiendo, adquiriendo, elogiando, respaldando. Solo así garantizamos que el pueblo portugués continúa, y continuará siempre, haciendo resonar con orgullo lo que es y lo que representa.